martes, 6 de enero de 2015

Hace un año partió un ángel llamado Mónica Spear

A través de nuestras vidas, el mundo de la televisión nos envuelve y se hace parte de nuestra rutina, esos actores, actrices, cantantes, humoristas, modelos y animadores se vuelen nuestros compañeros diarios, y en un país como Venezuela donde hay muchas mujeres bellas y talentosas, solemos encariñarnos con ellas, hermosas, llenas de triunfos, unas verdaderas divas pues, pero hay una en particular que ya no está con nosotros, nuestra amada Mónica Spear.

En el 2004 durante la transmisión del Miss Venezuela, una hermosa mujer zuliana que representaba al estado Guárico impresionó a todos, con una belleza cautivadora que desde lejos se hacía notar, esa chica llegó al Miss Universo, donde se pudo posicionar como 4ta finalista, luego su camino siguió hasta volverse una actriz, su sueño cumplido, la vimos representar diversos personajes muy diferentes, el más particular fue La Mujer Perfecta, Micaela Gómez, una chica tímida, con el síndrome de Asperger, marginada por el mundo y considerada rara que al final descubre que tal como es, no necesita buscar la perfección pues su singularidad ya la hacía perfecta (Por cierto, muy buena novela, me encanta que al final la protagonista no haya tenido que cambiar y que con sus imperfecciones que la gente señalaba, podía ser feliz así como es). Llego al estrellato internacional, el público la amó, si…Mónica era bella y talentosa, famosa y exitosa, pero no son esas cualidades que hacen que la recordemos ni es lo que más resaltan…sino su corazón.

Una mujer integral, sencilla, maravillosa, esa fue la que conocimos, si ven su participación en las preguntas y respuestas de su Miss Venezuela, y todas sus entrevistas, al ver sus ojos y su forma de expresarse, verán a una mujer llena de valores, que amaba la vida y a su familia, ella era una estrella distinta, no vivía de los flashes ni de la fama, era muy espiritual, radiante, madura y una sensibilidad y amabilidad innegable. Nunca se le escuchó un solo rumor de la prensa, alguna escena de divismo o confrontación con sus compañeros de trabajos, ella era un amor, y a través de la novela ya mencionada se dedicó a las fundaciones que velan por quienes tienen este mismo síndrome, una sensibilidad humana impresionante, y lo más importante es que amaba a su país, y era una madre devota con su pequeña y hermosa Maya.

Hace un año te nos fuiste, dejaste un país consternado, triste que extrañaba a su reina nacional, pero sabemos todos que donde estas, iluminas a toda Venezuela con esa luz que irradiabas en las pasarelas y pantallas, porque tu hermosa figura no será lo más recordado, sino ese ángel tan característico tuyo, esos ojazos y esa tierna voz con la que muchos nos enamoramos. Dios te bendiga a ti y a Thomas Henry Berry,, vuelen libres que estamos seguros su pequeña hija será la viva imagen de sus padres y mantendrá vivo tu recuerdo. Paz a sus restos

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